Tumbada en la cheslón
En la foto, sobre un suelo de baldosas agrietadas, aparece una especie de tentador sofá con desgastado tapiz de terciopelo dorado. Su estructura es de madera oscura: las patas torneadas y con pequeñas ruedas en sus extremos, y en lugar de reposabrazos, tiene un lado libre y en el otro, un corto respaldo inclinado. A lo largo de la cheslón, una gran pieza acolchada cuya forma recuerda el contorno de un contrabajo, y forrada con el mismo tapiz dorado.
¡Doctor, está muy vacía esta consulta!
No hay retratos suyos, ni fotos de familia, ni de amigos. No hay ningún paisaje de su ciudad. No hay una pila de revistas de sus aficiones. No cuelga sus títulos y diplomas de las paredes.
¡Oh, doctor! Me está empezando a entrar miedo. ¡Ni siquiera hay una placa con su nombre, una tarjeta...!
Incluso a mí misma, se me hace extraño. ¿Cómo abrir un weblog, un diario, una página personal sin querer dar datos personales?
Pero ahí estaba ella, Cordelia, para enredarme, para reavivar ese gusanillo de dejarme llevar por la escritura, esa afición por, como leí al cantante ídolo de mi adolescencia, utilizar la escritura como terapia para entenderme.
Ahí estaba Odelia para hacerme creer que es posible, que se puede escribir y escribir, y leer y leer, sin echar en falta un nombre de pila, una ciudad, un curriculum de estudios, profesiones, aficiones.
No sé si esta página supondrá más que un desahogarme, la posibilidad de ordenar mis ideas, la de hacer síntesis con vuestros comentarios.
Ignoro si tendré tiempo, capacidad para llevar esta bitácora, con qué frecuencia escribiré en ella, hasta cuándo, hasta dónde.
No importa, aquí me embarco yo y saludo a quienes lleguen y marchen.
Ahora bien, Obdulia, como Hacienda, el Registro de la Propiedad o quien quiera, pretenda hincarme el diente... ¡tú, te enteras!.
Miro la valentía de quienes asumen una sexualidad polémica, de los que se enfrentan con arrojo a su marginalidad, de los sinceros.
Tal vez, la creatividad argumental y mis silencios, me hagan aparentar ser alguien mejor de quien realmente soy.
Y, entre las cosas que se escapan de mi control, y entre las que me cuesta y quiero reconocer ante los demás, voy Camino de Imperfección.
Hermione
¡Doctor, está muy vacía esta consulta!
No hay retratos suyos, ni fotos de familia, ni de amigos. No hay ningún paisaje de su ciudad. No hay una pila de revistas de sus aficiones. No cuelga sus títulos y diplomas de las paredes.
¡Oh, doctor! Me está empezando a entrar miedo. ¡Ni siquiera hay una placa con su nombre, una tarjeta...!
Incluso a mí misma, se me hace extraño. ¿Cómo abrir un weblog, un diario, una página personal sin querer dar datos personales?
Pero ahí estaba ella, Cordelia, para enredarme, para reavivar ese gusanillo de dejarme llevar por la escritura, esa afición por, como leí al cantante ídolo de mi adolescencia, utilizar la escritura como terapia para entenderme.
Ahí estaba Odelia para hacerme creer que es posible, que se puede escribir y escribir, y leer y leer, sin echar en falta un nombre de pila, una ciudad, un curriculum de estudios, profesiones, aficiones.
No sé si esta página supondrá más que un desahogarme, la posibilidad de ordenar mis ideas, la de hacer síntesis con vuestros comentarios.
Ignoro si tendré tiempo, capacidad para llevar esta bitácora, con qué frecuencia escribiré en ella, hasta cuándo, hasta dónde.
No importa, aquí me embarco yo y saludo a quienes lleguen y marchen.
Ahora bien, Obdulia, como Hacienda, el Registro de la Propiedad o quien quiera, pretenda hincarme el diente... ¡tú, te enteras!.
Miro la valentía de quienes asumen una sexualidad polémica, de los que se enfrentan con arrojo a su marginalidad, de los sinceros.
Tal vez, la creatividad argumental y mis silencios, me hagan aparentar ser alguien mejor de quien realmente soy.
Y, entre las cosas que se escapan de mi control, y entre las que me cuesta y quiero reconocer ante los demás, voy Camino de Imperfección.
Hermione
9 comentarios
Hermione -
Aguantar... debemos ser como el Universo, todos los planetas se aguantan unos a otros y así se sostienen sin caer :)
Mariví -
duende -
Hermione -
Hermione -
Sí, creo que lo que libera y el mundo en el que se puede vivir, es el escribir para uno o como si sólo para uno mismo fuera. Sin contemplaciones y remilgos por la desatinada opinión que se vayan a forjar sobre uno. Con todos los privilegios de contar con el tiempo y el derecho a turno precisos, con todas las palabras dispuestas para ser elegidas y cuidadosamente aplicadas para comunicar conceptos, con el contexto más oportuno que concede nuestra voluntad.
Y así, como dice Carmen, encontrarme a mí misma, y también a los demás.
Bohemia -
Escribe, escribe, sueña, sueña, grita, grita pero no te detengas. La perfección no existe, sigue buscando tu imperfección humana y tu libertad. Te lo deseo con todo mi corazón.
Baroja -
Hermione -
Sí, creo que es una buena medida esta de escribir, y ya contar con el punto de vista de otros, ni te cuento.
Espero que andeis por aquí :)
Carmen -
Te deseo lo mismo que yo hallé Hermione