Blogia
Camino de Imperfección

¡Oh, oh!

¡Oh, oh! La foto presenta una escena habitual en los campos de fútbol de todo el mundo. Un rito intercontinental, universal, un uso que traspasa fronteras, una costumbre de género en su especie. Cuando la vigorosa pierna se dispone a propulsar el balón hacia la portería, la barrera humana (masculina) que se interpone, adopta ademanes modosos y se cubren con ambas manos sus genitales…

Ellos contienen la respiración cuando nos ven cascando nueces.
Sus manos sudan y su boca segrega una bola de saliva que baja de golpe garganta abajo, cuando nos ven presionar la plancha, cual hierro candente, sobre la bragueta de un pantalón.
Ellos, palidecen cuando el cuchillo de sierra avanza y retrocede para seccionar, dividir, partir, rajar el objeto unitario.
Su nuca se quiebra hacia un lado y les suenan las vértebras, cuando la cuerda del tenderete corre ágil hasta estrellar sus calzoncillos contra la pared…

¿Son “nuestros hombres” pequeños fetichistas? ¿Es tan alta su sensibilidad y empatía que alcanzan a identificarse con los más simples objetos que rodean nuestra cotidianidad? ¿Se mimetizan con cualquier cosilla?

15 comentarios

suigeneris -

Quiero decir que todo el mundo ha visto estas y otras actitudes o gestos en muchos hombres.

Odalys -

Hechos constatables? Por ejemplo? ;)

suigeneris -

Ah, pensé que sólo exponíamos hechos constatables, más o menos generalizados. Cualquiera dice nada.

Odalys -

Y bueno, qué pasó?! :))

Bohemia -

Y como para variar no sé de qué hablan, acá meto la cuchareta :)))
Los hombres (muchos de los que conozco, al menos) sí nombran a su pene y hasta piensan más con él que con su cabeza. Y sobre todo, de jóvenes o frente a ingenuas, se lamentan de dolores horribles para hacernos sentir culpables cuando no le pueden dar el gusto total a su amigo.
Y las mujeres también sentimos dolor cuando nos quedamos con las ganas, que lo sepan!
Luego vuelvo a ver si me entero de qué quieren debatir :)))
Ramón, es que tú eres, tú! Y habría que clonarte, corazón. Y por si las dudas, me pido uno.
Besos de lluvia.

Hermione -

Cierto Ramón, también los hay que a su mujer le llaman "tú" o "cariñito", porque no se acuerdan o para no equivocarse.
Las tetas también duelen.
Y, sí, somos diferentes en unas cosas e iguales en otras. Pero que nadie imponga a nadie su "canonización" :)

Hermione -

Pues será que la perfección es subjetiva, porque a mí lo menos perfecto me parece no ser ni mostrarme ecuánime, justa, imparcial, y asumir ante todos mi visceralidad ilógica, o de una racionalidad no científica, gratuita. Porque sí, porque estoy harta de creerme las mitificaciones que precisamente les ponen a ellos como más sufrientes, como de un impulso sexual más incontrolable y otras condescendencias.
En realidad no sé si lo vemos de diferente modo, Gatopa. O es que no te entiendo.

Ramón -

Tres cosillas...

1) Los hombres que yo conozco no le ponen nombre a su pene... ni a su coche, ni a los peluches que les regalan las mujeres... y a veces ni siquiera a sus mascotas, que pasan a llamarse "gato" o "perro", o simplemente "tú".

2) Sí, duele.

3) Somos diferentes. No es malo. No es bueno. Simplemente, es un hecho.

Gatopa -

Lo siento por tí, pero estás siendo tan "perfectamente" conveniente en este mundo de "perfectas" egomaníacas y estás peligrosamente cerca de ser una "perfecta" reivindicadora de lo que sufrimos las mujeres: ni la generación de mi madre eran tan quejicas como las concienciadas de hoy.¡Qué latazo sois!

Hermione -

Si me dejo llevar por la mediocridad de observar esa diferencia, es porque unos cuantos se dejan llevar por el prejuicio de que el “miembro masculino” es especialmente sensible al dolor.
Y tengo indicios que me llevan a pensarlo, como haber visto a un niño aprisionársela con los dedos tan herméticamente como lo hacen esas pinzas que vienen con los paquetes de leche en polvo infantil. Y el niño no se inmutaba ni para bien ni para mal. No parecía ser una experiencia extrema. Como cuando el pecho se nos infla a nosotras que parece que reventará en un cráter, y no por eso, en ese estado de hinchazón, nos es insoportable el hecho ni la idea de un golpe que produce dolor sostenido y profundo.

De todas formas, si estoy siendo injusta, reclamo mi derecho, mi deseo de Imperfección. Desquitarme de los resquemores, tener mis pequeñas venganzas, estúpidas, frívolas, necias y no castigarme por ello.

¡Gatopa, sálvame de la Perfección! ;P

suigeneris -

Y ya ves, protegen su niño antes que la cabeza. Prefieren quedarse tontitos antes que perder a su amiguito. Eso es amor.

Gatopardo -

¿No será, Hermione, que te estás dejando llevar por esa insidiosa moda que trata de hacernos creer que no pertenecemos a la misma despreciable raza egocéntrica que sólo es capaz de soportar estoicamente el sufrimiento ajeno?

Hermione -

Pues sí que te leo últimamente, pero no recuerdo haberte leído sobre eso. Ummm... ¡a ver si encuentro ese post tuyo!

Es verdad, ¡le ponen nombre! ¿Pero a que no se atreven a bautizarlo con un botellazo (como los barcos)? :))))

suigeneris -

Sí, los tios son muy, pero que muy sensibles con eso. Vamos, yo me taparía la cara, porque no querría que me rompieran ni las gafas ni los dientes.
Además, muchos hablan con "su niño" como si fuera una personita. Yo desde luego no conozco a nadie que hable con su coño o con sus tetas, pero de todo hay.

suigeneris -

Ummm..., ¿tú me has leído ultimamente o estamos sincronizadas?